Ejercicio de alta intensidad y lesiones vasculares

Un estudio liderado por investigadores del Hospital Clinic de Barcelona y el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer ha concluido que el ejercicio físico de elevada intensidad daña las arterias aórtica y carótida, dilatándolas e incrementando su rigidez frente al ejercicio moderado que ayuda a reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.

La práctica de ejercicio de alta intensidad favorece la aparición de patologías coronarias, es decir, alteraciones en las arterias que suministran sangre, oxígeno y nutrientes al corazón. La prevalencia de estas enfermedades aumenta en aquellas personas que corren maratones o practican deportes extremos o de alta intensidad durante muchos años.

Mayor rigidez

De acuerdo con los resultados, en comparación con un estilo de vida sedentario, el ejercicio físico de elevada intensidad dilata e incrementa la rigidez de las arterias aórtica y carótida. Asimismo, también aumenta la rigidez de las células y favorece la rotura de las láminas elásticas de las paredes de los vasos sanguíneos.

Tanto el ejercicio intenso como el moderado mejoran la función endotelial, aunque la intensa actividad parece alterar el equilibrio entre los procesos de dilatación y contracción de los vasos sanguíneos.

A pesar de las limitaciones de utilizar un modelo animal, los datos sugieren que el ejercicio intenso no causa directamente la aterosclerosis, sino un proceso distinto, similar al envejecimiento vascular.

Redacción