Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en España subieron un 5,9 % en 2021 respecto al año anterior y previsiblemente aumentarán de forma notable en 2022, según un informe publicado este miércoles por el Observatorio de Sostenibilidad.
El estudio, coordinado por el economista José Santamaría y el ecólogo Fernando Prieto, recoge la estimación de las emisiones de 2021 en España, además de una previsión de las emisiones de GEI en 2022, un análisis que coincide con el primer año de la aprobación de la Ley de cambio climático española, que propone reducir un 23 % las emisiones para 2030.
Durante 2021, España emitió 291 toneladas de CO2 equivalentes, un 5,9 % más que en 2020, después de la disminución de 2020 y buena parte de 2021 a causa de las restricciones a la movilidad impuestas por la crisis sanitaria, que provocó una caída «espectacular» de las emisiones de hasta un 12,5 % en 2020.
La pandemia del coronavirus supuso un paréntesis de casi dos años, pero desde finales de 2021 se asiste a un repunte que ni siquiera se ha visto frenado por el aumento de los precios de la energía, señala el estudio.
Este incremento de las emisiones de GEI en 2021 respecto al año anterior puede imputarse a un ascenso del 3 % en la quema de carbón para la generación eléctrica, un aumento del 4,9 % del consumo del gas natural y, sobre todo, por la subida del consumo de petróleo en un 9,2%.
Según el análisis, los factores determinantes detrás de este ascenso de las emisiones fue «el mayor consumo de productos petrolíferos y el aumento de las emisiones del transporte por carretera», que cifran en un 13,9 %.
En conjunto, la generación de electricidad, el transporte por carretera, los vuelos nacionales y los ámbitos residencial y servicios, fueron los sectores que más contribuyeron a este aumento de las emisiones, ya que representaron el 84 % del total en 2021.
Por otro lado, la producción de energía eólica creció un 10 %, la fotovoltáica un 37,4 % y la termosolar un 3,7 %, «las renovables que protagonizan la transición hacia una economía descarbonizada» en España y que explican que el aumento de las emisiones no sea mayor.
Sólo la energía eólica evitó la emisión de 29 millones de toneladas de CO2 equivalente en 2021, destaca el informe, aunque España «sigue necesitando un importante esfuerzo para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones para 2030».
De hecho, las emisiones en España «seguirán aumentando, y de forma notable» en 2022, a pesar de la «retórica climática» y las consecuencias de la agresión rusa sobre Ucrania.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima establece una reducción para el año 2030 de un 23 % y con los datos provisionales actuales -hasta mayo de 2022- se habrían aumentado cerca de un 9 %.
Adicionalmente, las emisiones de gases de efecto invernadero en España tendrían que reducirse un tercio para cumplir con el objetivo nacional previsto en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética para 2030, del 20 de mayo de 2021.
Durante la vigencia de la ley, los programas de ayuda para incentivar la eficiencia y los vehículos eléctricos, así como el ahorro energético en el transporte, la edificación y en el sector servicios, «no han tenido una dimensión suficiente» como para que la reducción de emisiones pueda apreciarse en los sectores difusos, donde se incluye el transporte por carretera.
Redacción.