El origen del cocido madrileño y del potaje

Una investigación de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) profundiza en la vida de los asentamientos campesinos a partir de los hallazgos arqueológicos descubiertos en la Comunidad de Madrid y apunta, por ejemplo, que la gastronomía madrileña podría haber heredado platos típicos de las granjas de las zonas centrales de la Hispania romana, como el potaje y el cocido.

El trabajo analiza la vida del campesinado en la Hispania romana Planimetría de El Zarzalejo, una granja romana con ocupación entre los siglos II y III d. C. situada en Arroyomolinos (Madrid). Los investigadores han encontrado restos de ollas que se utilizaban para el cocinado de estos platos, con una elaboración muy similar a la actual. Aquellos campesinos echaban una pieza de carne junto a las verduras disponibles y las dejaban al fuego de forma muy poco controlada, mientras atendían las labores agrarias.

«Se deja la olla a primera hora de la mañana, se va a trabajar al campo, se vuelve y se come de forma comunal, porque los patrones que vemos en las vajillas de mesa nos dan una visión mucho más colectiva«, explicó el responsable del proyecto, Jesús Bermejo, profesor del Departamento de Humanidades de la UC3M. Esto también nos ofrece pistas sobre las relaciones sociales de la época: el acto de comer no era un proceso individual, sino colectivo, que podía agrupar a un gran número de personas.

Redacción

Fotografía · (editada)