Para muchos, planchar es una de las tareas domésticas más tediosas. Pero, además, no es muy ecológico. Por eso se celebra el Día Internacional de la Camisa Arrugada.
Desde 2019, cada 20 de diciembre se celebra el Día Internacional de la Camisa Arrugada como una reclamación para proteger el medio ambiente. Y es que planchar supone un gran gasto de energía, lo que, a la postre, perjudica al planeta.
Parece un nombre cómico, pero su objetivo no lo es. Así lo ven, al menos, las organizaciones civiles y no gubernamentales argentinas (Red Solidaria, Dondereciclo.org y Mundo Invisible), que crearon este día preocupadas por el ambiente y por salvar al planeta.
Un gran ahorro energético
La plancha es uno de los electrodoméstico que más electricidad consume. Y esto se traduce no solo en un mayor gasto en luz (lo cual, dadas las circunstancias, no es poco aliciente), sino también en una huella mayor en el medio ambiente.
Las planchas tienen un impacto directo en la huella de carbono, con una potencia estimada entre 1.000 y 3.000 vatios. Es mucho mayor que la potencia de, por ejemplo, una nevera, que es de unos 300 vatios.
Para hacernos una idea, dejar de planchar una prenda (como, por ejemplo, una camisa, siguiendo la línea del nombre de este día internacional) es el equivalente a plantar siete árboles, absorber el dióxido de carbono emitido por siete coches o apagar doce bombillas.
La arruga es bella… también en la ropa
Visto así, parece que la arruga es bella, también, en la ropa. Al menos durante un día, se nos invita a aportar nuestro granito de arena para frenar el calentamiento global y el cambio climático.
No hay más que pensar que si 100 personas dejasen de planchar durante un año se podrían plantar 255 000 árboles.
Redacción