No querer hacer deporte no es sinónimo de vago

¿No quieres hacer deporte? ¿Se te echa el mundo encima si tienes que ir al gimnasio? Hay una explicación científica.

Investigadores del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de EEUU han dado con el motivo científico por el que hacer deporte le da mucha pereza a algunos. Además, está relacionado con la necesidad de hacer ejercicio para controlar el peso.

La dopamina es crucial

Antes de iniciar la investigación, los científicos observaron que tanto las personas como los animales obesos se motivan menos para hacer ejercicio. Si bien al principio se creía que tenía que ver con tener que mover más peso a la hora de ejercitarse, los estudios posteriores han desmontado esta teoría.

Así, todo gira en torno al sistema dopaminérgico. Y es que, según observaron en ratones, los que se alimentaban con una dieta alta en grasa se movían menos y más lentamente. Pero lo más curioso es que la disminución del movimiento fue antes de ganar peso.

Menos cantidad de D2R

De este modo descubrieron que el secreto no está en el peso, sino en la calidad de la alimentación. Y es que vieron que los ratones obesos mostraban menores cantidades de un receptor de dopamina: el D2R.

Después llegó el momento de eliminar genéticamente estos receptores en otro grupo de ratones. Inmediatamente, su actividad física se reducía sensiblemente. Eso sí, no se tradujo necesariamente en un aumento de peso.

Por todo esto, llegaron a la conclusión de que, si bien puede haber otros factores importantes, no tener suficiente dopamina podría explicar la falta de actividad física. O, al menos, la falta de ganas.

Ahora, llega el momento de analizar la relación entre dopamina y dieta, ya que una mala alimentación podría ser el origen de todo.

Por el momento, seguro que muchos ven la oportunidad de culpar a la dopamina de la falta de ganas de ir al gimnasio, en lugar de tener que acusar a su falta de voluntad.

Redacción