Los animales que se curan solos

Un estudio realizado sobre chimpancés hace 35 años determinó una conducta nunca vista hasta entonces. Una chimpancé hembra que se encontraba enferma fue captada alimentándose de una planta que no se correspondía con las propias de su especie. El primatólogo Mike Huffman indicó que esa planta, la Vernonia amigdalina, era muy usada por la población local para fines medicinales, en concreto, para la malaria y malestares estomacales. Esto hizo que le prestaran especial atención al animal. Comprobaron que, un día después, estaba en mucho mejor estado.

Aquello sucedió en 1987. Era la primera evidencia documentada al respecto. Huffman se ocupó de que sus colegas bioquímicos analizaran la Vernonia amigdalina. Encontraron más de una docena de nuevos compuestos con propiedades antiparasitarias. En los animales que masticaban la amarga planta, los huevos de parásitos disminuían en un 90%. Hoy se sabe que hay 40 especies distintas de hojas ásperas que 17 poblaciones diferentes de chimpancés, bonobos y gorilas emplean para deshacerse de sus parásitos.

“También lo hacen el oso pardo y el oso negro. Y los gansos de nieve canadienses, justo antes de migrar en el invierno, cuando van al sur y tienen un largo camino por recorrer. El año pasado se hizo una observación realmente interesante en Borneo. Unos orangutanes masticaban ciertas plantas. Luego las molían con los dientes hasta formar una pasta que luego se frotaban durante 15 a 45 minutos”, asegura la doctora Kim Walker, del Real Jardín Botánico de Kew, en Londres.

Redacción