Las mejores naranjas, para la mermelada de la Reina

Una costumbre centenaria que se vuelve a repetir en el siglo XXI: el Real Alcázar de Sevilla ha seleccionado primorosamente 20 kilos de sus mejores naranjas amargas para hacer la mermelada con la que la reina Isabel II de Inglaterra se tomará el té de las cinco (bueno, esto último es una licencia imaginativa del que escribe).

Pero antes de llegar a Londres, hacen parada técnica en Madrid, en la Embajada del Reino Unido, en cuyas cocinas es donde precisamente se elabora la mermelada que hará las delicias de los Windsor y demás invitados al Palacio de Buckingham.

Según destaca la directora conservadora del Real Alcázar de Sevilla, las naranjas que se envían por valija diplomática al Palacio de Buckingham son escogidas de entre los árboles más bonitos y que tienen mejor apariencia y que crezcan un área «protegida» de los bordes del Alcázar.

De este modo echan por tierra el mito de que estas naranjas son fruto de los árboles más antiguos del Alcázar y que, siempre según la leyenda, fueron plantados para celebrar la boda del Rey Carlos I de España (y V de Alemania) e Isabel del Portugal. De este cuento, no se puede corroborar su veracidad, aunque sí que se ha comprobado que uno de estos ejemplares data nada menos que del siglo XVI; cuatrocientos años después de que los almohades introdujeran esta variedad de naranjo en la península.

Este árbol centenario sigue con vida a día de hoy, e incluso produciendo naranjas amargas, y de él surgen numerosos esquejes que han sido plantados en otras localizaciones de este Real Alcázar de Sevilla, Patrimonio de la Humanidad.