Una investigación dirigida por la Universidad de Granada y la de La Frontera, en Chile, ha demostrado -gracias a la termografía infrarroja- que las canciones románticas modifican la temperatura del cuerpo pero, va más allá. Ese cambio afecta en mayor o menor medida en función del grado de enamoramiento de quienes la escuchan.
Así, el aumento de la temperatura corporal es más elevado entre las parejas estables, lo que contrasta con la reacción del cuerpo a una canción de este tipo durante la primera fase de relación. Los resultados revelaron que cuando una pareja escucha «su canción» durante los primeros seis meses se produce, paradójicamente, un enfriamiento a nivel corporal que se apreciaba sobre todo en la punta de la nariz, en las mejillas, la frente y la punta del dedo corazón de la mano dominante.
En el caso de aquellas parejas con altos niveles de unión y satisfacción, escuchar su tema favorito produce un calentamiento corporal en estas mismas partes del cuerpo, que es más elevada cuanto más unidos están.
Atención porque las exparejas también tienen hueco en este estudio: al escuchar el tema de un/a ex, los investigadores aseguran que se produce un enfriamiento o un calentamiento mayor que el que produce con la pareja actual al escuchar a su actual canción romántica.
