Ginebra a base de excremento de elefante

Una madrugada en Sudáfrica, hace algo más de dos años, Paula Ansley despertó a su marido, Les, con una idea que parecía una locura: «¿Crees que podríamos hacer ginebra con estiércol de elefante?». Esa inspiración es hoy un negocio que exporta ginebra con toques de sabana africana a Alemania o Suiza.

Bajo la etiqueta de «Indlovu Gin», un término que significa «elefante» en varios idiomas del sur de África, este matrimonio -él sudafricano, ella británica- produce ya unas 1.000 botellas de su ginebra original y alrededor del doble de su versión rosa al mes.

Se vende, sobre todo, en su país de origen, Sudáfrica, donde el consumo de ginebra viene experimentando un auténtico «boom» en los últimos años.

Esta bebida, no apta para bebedores poco «aventureros»,  presenta «un sabor muy herbáceo, muy a tierra, y es muy suave, casi mantecoso en la boca. Tiene una textura muy agradable y, cuando lo tragas, no hay esa sensación áspera del alcohol. No tiene azúcar ni nada añadido, así que no te da esa quemazón intensa cuando tragas», cuenta a Efe Les Ansley sobre este peculiar producto que casa especialmente bien, según sus creadores, con el café y el chocolate.

Cada botella viene con una etiqueta que cuenta de qué elefantes procede el excremento que dio lugar a cada lote de licor, una especie de denominación de origen similar a la del vino con la uva, ya que el sabor de la ginebra también varía, por ejemplo, según el sitio de recogida y las estaciones.

Pero para que Indlovu funcione, necesita elefantes salvajes alimentándose a su antojo, libres de la amenaza de la caza furtiva -principalmente, enfocada al preciado marfil de sus colmillos- que mantiene a los paquidermos africanos como especie «vulnerable». «El 15 % de los beneficios de la ginebra los donamos a fundaciones africanas que trabajan por la conservación de la fauna salvaje», concluye Ansley.

Redacción (EFE)