Inventar o participar en juegos imaginarios o fantásticos suele ser divertido para la mayor parte de los niños. Pero además, podría beneficiar a su pensamiento creativo, según un estudio de la Universidad de Oxford Brookes, Reino Unido.
El equipo de investigadores entrevistaron a 70 niños de 4 a 8 años de edad para evaluar el grado de fantasía de sus juegos: fingir de una manera que refleja la vida real (por ejemplo, jugar a ser un maestro); jugar a eventos que son improbables en la realidad (por ejemplo, la lucha contra un león y salir ileso) o simular eventos imposibles (por ejemplo, ir a la escuela de magos o jugar con un elfo). El resultado del análisis reveló que los niños que reportaron mayores niveles de juego fantástico también recibieron una puntuación más alta de creatividad.
Este estudio se suma a otro que revela que casi la mitad de los niños españoles de entre 5 y 12 años pasa menos de una hora al día al aire libre. El 84% de los padres afirma estar preocupados por el elevado impacto de la tecnología en el juego de sus hijos.
Redacción (Agencias)
