Pedro Luca, natural de Argentina, lleva cuatro décadas residiendo en una cueva en lo alto de las montañas de la provincia de Tucumán. Este hombre, de 79 años, se crio en San Pedro de Colalao, una pequeña ciudad que se encuentra a tres horas a pie de su actual residencia.
Abandonó su hogar a los 14 años para ganarse la vida trasladando carbón a Bolivia y cuando volvió a su casa, hace 40 años, decidió cumplir con el sueño de su infancia: establecer un campamento en una gruta de la montaña.
Asegura que el alcohol y la violencia pueden arruinar a un hombre y por ello prefiere la naturaleza. Dice que su única familia son los animales; comparte su cueva con 11 pollos y 2 cabras. Su jornada comienza a las 3 de la mañana cuando se despierta con los gritos de sus gallos. Enciende el fuego y después de desayunar coge su rifle para cazar en las montañas o viajar a su ciudad de origen. Para San Pedro de Colalao, Pedro Luca es una leyenda en vida.
A pesar de su intención de vivir en aislamiento, Pedro recibe a muchos visitantes. Su sobrino cuenta que gente de todo el mundo viaja a Tucumán solo para conocer al famoso y legendario hombre moderno de las cavernas.
Redacción (Agencias)
