No siempre la cara es el espejo del alma, aunque la tecnología de interpretación de emociones mediante análisis facial ya permite detectar con éxito en tiempo real a quienes sonríen falsamente tras un rostro que parece contento.
Alegría, tristeza, sorpresa, incredulidad, odio o venganza son emociones que el sujeto puede ocultar forzando expresiones del rostro pero que la tecnología ya sabe desenmascarar, insisten los expertos. Esto permite desentrañar automáticamente incógnitas como si un político es sincero cuando habla en público o si un anuncio publicitario realmente está calando en la gente.
Las aplicaciones futuras de este tipo de tecnologías son infinitas. De hecho, alguna empresa ya la ha probado para evaluar niveles de dolor de pacientes con ciertas patologías en función de las expresiones de sufrimiento en sus rostros. La capacidad de identificar emociones por parte de las máquinas no se limita a ámbitos visuales sino que las empresas la están extendiendo a temas de voz.
Redacción (EFE)