La felicidad por casarse se agota a los dos años

Las personas felices son más creativas, ricas y sanas que las que no lo son. Así lo indican varios expertos que se han reunido estos días en Buenos Aires en el Simposio Vida Activa y Saludable de la Serie Científica Latinoamericana.

Al parecer, la felicidad por acontecimientos como contraer matrimonio o recibir un aumento salarial tienen fecha de caducidad, máximo dos años. Después, la felicidad disminuye y se tiene que buscar otro estímulo que vuelva a dispararla.

Es lo que se conoce como «adaptación hedonista», una capacidad que tenemos los seres humanos y que consiste en acostumbrarse a todo lo positivo que nos ocurre.

Los especialistas defienden que la felicidad tiene grandes beneficios para la salud, entre ellos la mejora del sistema inmunológico y una mayor resistencia hacia el estrés y el trauma. Además, realizar actividad física y hacerlo motivados y no por obligación también mejora nuestra felicidad.

Según las investigaciones, la genética determina la felicidad en un 50%, sin embargo un 10% depende de las circunstancias externas o el contexto y un 40% está determinada por las acciones que realizamos intencionalmente para sentirnos más felices.

 

 

Redacción (Agencias)