Rosario se reinventa

¿Cuánto tiempo hacía que Rosario Flores quería darle una vuelta a su sonido? Ni ella misma lo sabe. ¿Cuándo lo ha hecho? En el momento en que lo ha sentido, justo cuando ha surgido el momento, la ciudad, las personas, el entorno ideal para conducir ese brote de energía en forma de canción hacia otros caminos.

Y ese momento acaba de llegar, hasta el punto de bautizarlo por primera vez con su propio nombre. Bien podría decirse que Rosario” es un disco que la cantante lleva preparando 20 años, justo el tiempo que acaba de cumplir en el mundo de la música. Porque todo lo que ha hecho y vivido, cada acierto y cada fallo, todo lo aprendido hasta ahora ha sido lo que le ha traído a este disco, que hace el número 12 de su prolífica carrera.

¿Hacia donde ha ido este nuevo disco? Nunca Rosario había estado tan bien vestida, con tanto sentido de la musicalidad, tanto swing, y sobre todo en un abanico tan amplio. Porque en buena parte del mimo, Rosario parece haberse comido una fábrica de hacer Soul, Blues, R&B, Jazz y los sonidos latinos más elegantes para, una vez transformados por el torbellino flamenco de Jerez de la Frontera que Rosario lleva dentro, convertirse en 10 auténticas joyas y el disco más redondo de la artista en años, temas que a veces acarician, otros estimulan, casi siempre te mantienen alerta y, a veces, te levanta de la silla como sólo sabe hacerlo una obra maestra.

Un disco que en general suena muy negro, como ella siempre he sido. Pero ahora se le nota más y mejor que nunca. No hay más que escuchar el primer single, “Yo me niego”, para comprobarlo, aunque el disco suena contenido en joyas como “Comenzamos a flotar”, explosivo en ese homenaje a Miami con toques de sigiloso ska llamado “Rumba americana”, flamenco como ella saber en “Tu boca” o con trompetas canallas con sabor a pop en la canción que da título al disco.

Redacción