La FAO recomienda el consumo de insectos, al ser, según dice, una fuente fácilmente accesible de alimentos nutritivos y ricos en proteínas. Muchos insectos son ricos en grasas buenas y tienen un elevado contenido en calcio, hierro y zinc.
Según una investigación llevada a cabo por esta organización, los insectos forman ya parte de las dietas tradicionales de al menos 2.000 millones de personas. Entre los insectos que más se consumen a nivel mundial están los escarabajos (31%) , las orugas (18%) , abejas, avispas y hormigas (14%), saltamontes, langostas y grillos (13 %).
Además de ser buenos para la salud, su recolección y cría pueden generar empleos e ingresos también a nivel industrial. No sólo eso, también son beneficiosos para el medio ambiente, ya que producen una cantidad muy pequeña de emisiones como metano, amoníaco, estiércol o fases de efecto invernadero.
Redacción