Mariví Bilbao nos deja

Nos despedimos de Mariví Bilbao a sus 83 años… pero es inevitable hacerlo con una sonrisa nostálgica. Porque durante su vida, la actriz no ha hecho más que regalarnos risas, fuera la que fuese la serie, corto o película por la que pasase.

Mariví nació en Bilbao en 1930, y enseguida se inició en el teatro, actuando con el nombre de Ángela Valverde. «Bilbao era un pueblo. Como para aparecer en la ficha de un estreno en el periódico, mi padre me mata», aseguró la actriz.

Pero no fue hasta la serie de éxito «Aquí no hay quien viva» cuando empezó a tener gran popularidad en todo el país. Frases como «¡Qué mona va esta chica siempre!» o «¡Movida, movida!» aparecían capítulo tras capítulo, en los que podíamos ver a Marisa disfrutando haciéndole la vida imposible a sus vecinos, riéndose siempre de cada situación en la que estos se veían envueltos… o hablando de sus vidas privadas en Radio Patio, la «emisora» que «fundó» junto a dos vecinas del edificio. Cuando sucedía algo en la comunidad susceptible de ser comunicado por las ventanas del patio, Marisa gritaba: «¡Bombazo informativo!»

Sin soltar el cigarro (que llevaba siempre encendido en la serie mencionada) saltó a «La que se avecina», una serie similar a la anterior, con el mismo equipo técnico. Ésta vez se trataba de Izaskun, que cambiaba de frases… pero sin cambiar su carácter. Si acaso, lo empeoraba, gritando frases aún más soeces a sus convecinos: «¡Pescadero, cabrón!», «¡Concejal, hijoputa

Nos despedimos de ella con una sonrisa, porque sabemos que Mariví Bilbao fue feliz. Sus personajes siempre nos despertaron simpatías, pero incluso cuando hacía apariciones como la misma Mariví no podíamos evitar seguir relacionándola con personajes como Marisa e Izaskun. De nuevo, sin soltar el cigarro, por nada del mundo.

En «La que se avecina» dijo su última frase como actriz, siempre subversiva: «¡Hijos de puta, timadores!» Sin embargo, nosotros nos quedamos con otra de sus frases, que nos hace pensar que Mariví no tenía miedo a la muerte… porque había disfrutado al 100% de su vida.

(Izaskun) – ¡Pescadero, cabrón!

(Antonio Recio) – ¿Pero usted cuándo se va a morir?

(Izaskun) – ¡Cuando no tenga pa’ tabaco!

Borja Bermúdez-Cañete / Agencias