Sería difícil no sonar épicos

El cuarteto británico Keane reivindica sus raíces y las señas de identidad que les han convertido en «esa banda de rock sin guitarras» en el optimista «Strangeland», un nuevo disco que les ha conectado con su hogar y el sabor clásico de su debut, dejando volar una vez más sus melodías grandilocuentes.

Su título hace alusión a ese «aburrido y extraño» pueblo del que proceden y al que regresaron para su elaboración, Battle, en East Sussex, pero también a su carrera y al mundo que nos rodea y que parece «haberse vuelto loco» en los últimos años.

El resultado «es un disco muy positivo, muy esperanzador», en el que se percibe «la diversión» del proceso y que condensa la experiencia acumulada, sin perder su reconocible sonido, con el piano como instrumento principal.

Keane, formado además por el compositor y teclista Tim Rice-Oxley y el recientemente incorporado bajista Jesse Quin, crecieron escuchando a artistas como U2, The Beatles y David Bowie, figuras «con sensibilidad rock, que escribían canciones pop y que conseguían que la gente cantara sola gracias a unos estribillos poderosos».

Redacción (Agencias)