Javier Ojeda, que en 2006 inició su carrera en solitario con «Polo Sur», define este nuevo proyecto en una entrevista con Efe como «toda una aventura» que surgió a mediados de 2010 cuando le propusieron preparar un espectáculo que no se limitase a «los grandes éxitos de Danza Invisible» para el Teatro Echegaray de Málaga.
Sorprendido por los buenos resultados obtenidos en los ensayos, el compositor de clásicos como «Sabor de amor» o «Sin aliento» propuso al responsable del auditorio, Javier Gallego, grabar allí su nuevo álbum, una idea que pudo «financiar en su mayor parte» gracias al éxito obtenido en los dos conciertos que ofreció.
Junto a este material obtenido en directo, «Reversos» contiene algunos cortes producidos en estudio, como el primer sencillo, «Mama», que han sido grabados en «tomas únicas» para mantener el «espíritu de urgencia» que caracteriza al CD. «Realmente son canciones en directo también», señala el solista.
Respecto al material que ha tomado prestado de otros grupos, el vocalista admite que se trata de canciones que tenía pensado versionar «desde hace muchos años», caracterizadas por una «alta calidad poética» y cuyas letras tuviesen un brillo especial. Pero poesía entendida como algo «valiente, transgresor y loco», puntualiza.
Compositor principal de Danza Invisible desde hace más de treinta años, confiesa que aquellas melodías que son «más extravagante o personales» las reserva para su faceta en solitario, mientras que las que trabaja junto al guitarrista Antonio Luis Gil están destinadas a los discos de la mítica banda de la movida madrileña.
A pesar de que ahora trabaja más en solitario, Ojeda hace hincapié en las buenas relaciones que mantiene con sus compañeros de Danza Invisible. «Siendo totalmente sincero, este año he hecho más actuaciones solo porque es más barato», comenta.
Redacción (Agencias)