Un estudio publicado en Nature Chemical Engineering sugiere que un bolígrafo con tinta magnética, combinado con inteligencia artificial, puede detectar la enfermedad de Parkinson en sus primeras etapas con una precisión del 96 %.
El dispositivo ha sido probado en 16 personas, registrando los movimientos de escritura y analizándolos mediante una red neuronal, capaz de identificar patrones motores característicos del párkinson.
Su funcionamiento se basa en el efecto magnetoelástico de la punta y en el movimiento de una tinta ferrofluídica. Esto permite detectar variaciones mínimas en la escritura, tanto en trazos sobre la superficie como en el aire, que pueden revelar alteraciones motoras propias de la enfermedad.
El párkinson afecta a cerca de 10 millones de personas en el mundo y su diagnóstico temprano sigue siendo un reto. Actualmente, los métodos habituales se basan en observaciones clínicas subjetivas.
Gracias a la posibilidad de fabricación en 3D, el bolígrafo representa una alternativa accesible y de bajo coste, ideal para su uso en áreas con pocos recursos o como herramienta de cribado masivo.
Los investigadores proponen ampliar el estudio a muestras más grandes y explorar el uso del bolígrafo para monitorizar la evolución de la enfermedad.




