El 0,001% más rico concentra una riqueza que triplica a la mitad más pobre del planeta, según el World Inequality Lab.
La fotografía más reciente de la economía mundial no deja lugar a dudas: la riqueza global está en máximos históricos, pero repartida de forma profundamente desigual. Así lo confirma el Informe sobre la desigualdad mundial 2026 del World Inequality Lab, presentado coincidiendo con el Día de los Derechos Humanos.
Según el estudio, menos de 60.000 multimillonarios (el 0,001% más rico) poseen tres veces más que toda la mitad más pobre de la humanidad. Y la tendencia se repite a gran escala: el 1% más rico acumula más patrimonio que el 90% más pobre en casi todas las regiones del planeta.
El informe subraya que “el mundo es extremadamente desigual” y destaca cómo estas brechas afectan directamente a las oportunidades de las nuevas generaciones. Un ejemplo muy claro es la inversión educativa: en África subsahariana se gastan de media 200 euros al año por niño, mientras que en Europa la cifra asciende a 7.400 euros, y en América del Norte y Oceanía supera los 9.000 euros. Una diferencia abismal que, según los investigadores, perpetúa una “geografía de oportunidades” profundamente desequilibrada.
Un sistema financiero desequilibrado
El documento también recoge que el sistema financiero internacional favorece a los países más ricos. Cada año, cerca del 1% del PIB mundial fluye de los países pobres a los ricos en forma de transferencias netas por intereses y rendimientos excesivos, casi el triple de lo que se destina en ayuda al desarrollo.
Brecha salarial de género: una desigualdad persistente
Otro punto preocupante es la brecha salarial de género, presente en todas las regiones. Excluyendo el trabajo no remunerado, las mujeres ganan solo el 61% de lo que perciben los hombres, y, si se consideran las horas no pagadas, son ellas quienes trabajan más tiempo.
El impacto climático de los más ricos
Además, el informe detalla que las personas con mayor patrimonio son responsables de una parte masiva de las emisiones asociadas al capital privado: el 10% más rico genera un 77%, mientras que la mitad más pobre apenas contribuye con un 3%.
La clave: impuestos que funcionen
Los investigadores resaltan que los impuestos progresivos son una herramienta esencial para fortalecer la cohesión social y financiar bienes públicos. Sin embargo, alertan de que los multimillonarios suelen pagar proporcionalmente menos impuestos que la mayoría de la población, lo que debilita la justicia fiscal.
Expertos internacionales piden una respuesta global
“El informe da voz a la desigualdad y a los miles de millones de personas cuyas oportunidades se ven frustradas por las estructuras económicas actuales”, afirma el autor principal, Ricardo Gómez-Carrera.
Por su parte, Rowaida Moshrif, codirectora del World Inequality Lab, recuerda que “la desigualdad no es inevitable”.
El Nobel Joseph E. Stiglitz coincide y propone, junto a Jayati Ghosh, la creación de un Panel Internacional sobre Desigualdad para analizar el problema y ofrecer soluciones basadas en evidencia.
Redacción (Agencias).




