La librería Alberti, situada en el barrio madrileño de Argüelles, celebra este año su cincuenta aniversario, con medio siglo de historia marcado por la literatura, la cultura y un constante servicio a sus lectores. Fundada en los últimos días del franquismo por Enrique Lagunero, la Alberti se convirtió pronto en un símbolo de resistencia política, acogiendo a escritores, artistas y activistas que buscaban un espacio de libertad cultural.
En sus primeros años, la librería sufrió varios atentados por parte de grupos de extrema derecha, como Guerrilleros de Cristo Rey y Fuerza Nueva. Sin embargo, a pesar del acoso, la Alberti se consolidó como un referente en Madrid, recibiendo a actores y músicos como Nuria Espert, Carlos Cano, Tina Sainz o Manuel Gerena, vinculados a los movimientos a favor del cambio político.
En 1979, Lola Larumbe adquirió la librería junto a dos amigos, con apenas 19 años, y desde entonces ha mantenido viva la esencia de la Alberti. Según Larumbe, la librería siempre apostó por un modelo moderno: un espacio abierto, cercano al lector, donde los libreros interactúan directamente con el público, lejos del mostrador tradicional.
Hoy, la Alberti combina la tradición con la innovación, ofreciendo actividades para todas las edades y un especial enfoque en la literatura infantil. Cada sábado organiza eventos y talleres para los más pequeños, fomentando desde temprana edad el hábito de la lectura. “Todos esos niños que vienen a la librería con sus padres tienen más posibilidades de hacerse buenos lectores”, afirma Larumbe.
La librería también mantiene un contacto cercano con las universidades del entorno, lo que asegura un flujo constante de jóvenes interesados en la lectura. Larumbe destaca que, aunque las modas y tendencias cambian, los lectores buscan siempre buenos libros, aquellos que les permiten aprender, emocionarse o evadirse de su realidad.
A lo largo de cinco décadas, la Alberti ha logrado equilibrar su tradición con la modernidad, consolidándose como un espacio de referencia en Madrid. Sus encuentros con autores, actividades culturales y la atención personalizada a los lectores han hecho de este lugar un verdadero centro de cultura urbana. Como subraya Larumbe, la clave de la Alberti es su capacidad para mantenerse atenta a la sociedad y a los lectores, ofreciendo siempre un espacio acogedor, educativo y lleno de literatura.
Redacción (Agencias)




