El fenómeno del rock alternativo español, Arde Bogotá, continúa ampliando fronteras y acumulando hitos. La banda murciana hizo vibrar este jueves a más de 400 seguidores en el icónico local Sounds Of Brazil, en pleno West Village neoyorquino, donde ofrecieron un concierto cargado de energía, pasión y una conexión indiscutible con el público hispanohablante que llenó la sala hasta el último rincón.
Lejos del “Qué vida tan dura” que canta uno de sus temas, la noche fue una fiesta. Con todos sus miembros en manga corta pese al invierno neoyorquino, la banda encendió el ambiente desde el primer acorde, sin dar tregua en un directo que combinó momentos de euforia, gritos al unísono, pogos improvisados y hasta instantes íntimos a capela, cuando Antonio García dejó que el público tomara su voz.
El vocalista, carismático y entregado, lució una camiseta de Nueva York en un guiño a la ciudad. Aun así, era imposible pasar por alto el detalle que captó su mirada en varias ocasiones: una bandera del FC Cartagena ondeando en primera fila, símbolo de la conexión emocional que la banda mantiene con su tierra.
Durante más de 90 minutos interpretaron diecinueve canciones que recorrieron su trayectoria, con explosiones colectivas en temas como ‘Flores de Venganza’, ‘Exoplaneta’, ‘La torre Picasso’, ‘Cowboys de la A3’ o ‘Los perros’, y un cierre emotivo con ‘Cariño’. Un repertorio que demostró por qué su ascenso ha sido meteórico desde que aquellos jóvenes murcianos, dedicados entonces a la abogacía, la hostelería o la educación, decidieron apostar todo por la música.
Este concierto marca su última parada en Estados Unidos, tras pasar por Miami y Chicago. La gira continuará en febrero por Bogotá y Medellín, antes de embarcarse en un tour europeo a partir de mayo de 2026 que los llevará a recorrer seis países más. Arde Bogotá sigue ardiendo… y el mundo los está mirando.




