El final del verano trae consigo un pequeño duelo estético: el bronceado que tanto ha costado conseguir empieza a desvanecerse con rapidez. La explicación es sencilla: la piel se renueva de manera constante y, con ello, las células cargadas de melanina se desprenden. Sin embargo, hay maneras de ralentizar este proceso y mantener una piel luminosa y con un tono saludable durante más tiempo.
El papel de la ciencia (y el sentido común)
Los dermatólogos lo tienen claro: no existe fórmula que mantenga el bronceado de forma indefinida, pero sí es posible prolongar su intensidad cuidando la piel. La clave está en tres pilares básicos:
- Exfoliar suavemente una vez a la semana para retirar células muertas y favorecer un tono uniforme.
- Hidratar en profundidad, tanto con cremas ricas en activos nutritivos como con un correcto consumo de agua. Una piel seca se descama antes y, con ella, desaparece el moreno.
- Cuidar la alimentación, con alimentos ricos en betacarotenos (zanahorias, sandía), antioxidantes (vitaminas C y E) y ácidos grasos omega 3, que refuerzan la luminosidad cutánea.
Aliados cosméticos

En el terreno de la cosmética, algunas fórmulas ayudan a mantener un aspecto dorado incluso cuando el sol ya no aprieta. Es el caso de Vitry, que propone dos productos pensados para recrear ese efecto buena cara durante más tiempo:
- Boost Eau de Soleil, una loción hidratante con color para el rostro que aporta un tono bronceado natural sin necesidad de exposición solar.
- Boost Mousse de Soleil, su complemento corporal, en formato mousse ligera, que ayuda a prolongar el bronceado con un acabado uniforme.
Ambos están disponibles en farmacias y parafarmacias y se presentan como aliados prácticos para mantener la piel hidratada y con un tono saludable más allá del verano
Tratamientos en cabina
En centros de estética, los peelings con activos autobronceadores ofrecen resultados inmediatos. Algunos combinan gardenia, aloe vera y DHA para aportar un color natural en apenas dos horas, adaptado al tono de cada piel. Estos tratamientos profesionales suelen completarse con principios activos como ácido hialurónico, pantenol o niacinamida, que ayudan a retener la hidratación y a calmar la epidermis.
Mitos y precauciones
Conviene recordar que un bronceado equivale a una protección solar muy baja (SPF 2 o 3), por lo que seguir usando fotoprotector es imprescindible. Además, los autobronceadores no dañan el ADN de la piel, pero tampoco protegen del sol: solo aportan color. En cambio, el uso de aceites con bajo factor de protección puede aumentar el riesgo de quemaduras y envejecimiento prematuro.
El equilibrio final
El moreno no se puede conservar para siempre, pero sí se puede prolongar con cuidados sencillos: exfoliación, hidratación, buena alimentación y productos adecuados. Más que obsesionarse con el tono, se trata de mantener la piel sana, suave y luminosa durante todo el año. Y si la nostalgia del verano aprieta, siempre habrá aliados cosméticos que aporten ese extra de color de manera segura.




