En medio de la tragedia por el incendio de Tres Cantos (Madrid), que dejó un fallecido, una persona herida, decenas de animales calcinados y casi 2.000 hectáreas arrasadas, ha surgido una imagen que se ha convertido en todo un símbolo de esperanza.
La fotografía, capturada por el madrileño Marcos del Mazo, muestra a once vacas tumbadas bajo un árbol intacto, rodeado de un paisaje completamente quemado. A su alrededor, todo es ceniza, pero el árbol sigue en pie, como un oasis en mitad del desastre.
El motivo es que las reses actuaron como un cortafuegos natural, al haber consumido la vegetación seca que rodeaba al árbol. Gracias a ello, lograron salvarlo de las llamas, regalando una estampa que rápidamente se ha hecho viral en redes sociales.
Según relató el propio fotógrafo, descubrió la escena al día siguiente del incendio, cuando recorría la zona para documentar los estragos del fuego. Al ver a vecinos, colegas y curiosos reunidos frente a aquella sorprendente imagen, detuvo su coche, sacó su cámara y capturó lo que hoy ya se considera una fotografía icónica de esta ola de incendios.
Más allá de la belleza de la instantánea, la escena recuerda la importancia del cuidado del medio ambiente y el papel clave del ganado y los animales salvajes para mantener limpio el monte y evitar que la maleza lo convierta en un polvorín.





