El verano trae consigo más horas de sol, altas temperaturas y actividades al aire libre que, en muchos casos, suponen un estímulo positivo para los perros. Sin embargo, no siempre estos cambios son motivo de disfrute: el calor excesivo puede derivar en problemas de salud graves, como el golpe de calor.
La veterinaria Eva Sánchez-Paniagua subraya que “cada perro expresa la felicidad a su manera, pero hay señales comunes que nos permiten identificar su comodidad. La clave está en observar su actitud general, el nivel de energía y la interacción con el entorno”.
Indicadores de bienestar en los perros

Según la especialista, entre los signos más evidentes de que un perro está disfrutando del verano destacan “la disposición al juego, el movimiento espontáneo de la cola y la búsqueda de interacción con la familia”. Estos comportamientos suelen ir acompañados de una postura corporal relajada, un apetito equilibrado, descanso profundo tras la actividad y mayor interés por explorar y socializar.
Cómo identificar un golpe de calor
No obstante, Sánchez-Paniagua advierte de que las altas temperaturas pueden alterar la conducta y poner en riesgo la salud de los animales. Algunos de los signos más frecuentes de un golpe de calor son:
- Jadeo excesivo y dificultad para respirar.
- Apatía y debilidad repentina.
- Búsqueda constante de lugares frescos.
- Salivación excesiva y mucosas alteradas.
- Vómitos, temblores o falta de coordinación.
Ante cualquiera de estos síntomas, es fundamental acudir de inmediato al veterinario, ya que el golpe de calor es una emergencia que puede comprometer la vida del animal.
Recomendaciones para un verano seguro
Para prevenir este tipo de problemas, la veterinaria destaca la importancia de adaptar las rutinas: “Los paseos deben hacerse en las horas más frescas y sobre superficies seguras. También es recomendable fomentar actividades acuáticas que ayuden a regular la temperatura y garantizar una hidratación constante con acceso a agua fresca”.

Asimismo, recomienda apostar por juegos supervisados en espacios sombreados y, durante las horas de más calor, ofrecer alternativas dentro de casa: “Las actividades de estimulación olfativa y el entrenamiento positivo en interiores son una buena forma de mantener activo al perro sin exponerlo a riesgos”, concluyó.




