Expertos abogan por una recuperación forestal basada en ciencia, tecnología y la acción silenciosa de los hongos del suelo.
Los incendios forestales que han arrasado miles de hectáreas en Castilla y León no solo dejan paisajes calcinados: el suelo y la biodiversidad quedan gravemente dañados durante décadas. Pero hay esperanza, y no solo en forma de árboles nuevos.
Según Sergio Pérez Gorjón, profesor en la Universidad de Salamanca, y Gonzalo Romano, fundador de la startup MycoThink, los hongos micorrícicos juegan un papel esencial en la recuperación natural de los montes quemados. Estos pequeños organismos, que viven asociados a las raíces de las plantas, ayudan a que el suelo se regenere, absorba mejor el agua y los minerales, y a que crezca vegetación más resistente.
Pero no todo es micelio: los drones también son parte de esta ecuación. Con cámaras térmicas, sensores LiDAR y análisis multiespectral, pueden detectar las zonas más afectadas y con más potencial de recuperación, facilitando decisiones rápidas y eficaces.
Ambos expertos reclaman que la administración autonómica cuente con la ciencia a la hora de diseñar estrategias de restauración: no basta con reforestar, hay que entender cómo funciona el ecosistema desde el suelo hacia arriba. Solo así, dicen, podremos avanzar hacia un modelo de gestión inteligente: los llamados Bosques 3.0.
Redacción (Agencias).




