El periodista y escritor Sergio Vila-Sanjuán nos invita a dar un paseo por el Barrio Gótico de Barcelona un barrio que tiene un montón de peso en su vida, tal y como relata en esta visita. Una zona de Barcelona a la que rinde homenaje en su nueva novela “Misterio en el Barrio Gótico” y que le ha valido ser merecedor del Premio Fernando Lara en este 2025. Un barrio gótico de nombre y de estilo arquitectónico, pero no de edad. Y es que, el turista cuando visita la ciudad Condal no sabe que a principios del siglo XX una serie de personalidades muy pudientes de la ciudad vieron que “en toda esta zona había edificios góticos muy bonitos mezclados con otros que no valían gran cosa, y pensaron que si tiraban los que no eran góticos y dejaban los que sí que lo eran, y restauraban los que se podían restaurar, se podía crear toda una zona urbana de atmósfera exclusivamente gótica”. Y esto es lo que se ha hecho a lo largo de cien años hasta erigir “el barrio gótico más amplio de Europa y una de estas zonas urbanas que atraen a turistas de todo el mundo porque tiene un encanto especial”, en palabras del propio autor en el inicio de esta visita.

La tournée comienza en el Palacio de Requesens, uno de los edificios centrales del relato. En él se ubica la academia cultural más antigua de España, la “Real Academia de Buenas Letras” de la que, al igual que el protagonista de la novela, Vila-Sanjuán es miembro. Esta “institución con numerus clausus, donde para que entre uno tiene que haber muerto otro” está dedicada al cultivo de la historia, de la literatura, y de “disciplinas muy eruditas desde la epigrafía hasta la asiriología, con lo cual sus componentes siempre tienen cosas bastante curiosas que explicar”, tal y como encontraremos en las página de esa novela.
Al igual que ocurre con el resto de edificios de esta zona, de este palacio “la mitad es muy auténtico, pero la otra mitad es muy restaurado en muy distintas fases”. En su interior nos encontraremos con una de las piezas clave de la trama: el cuadro de Isabel de Requesens, una joven descendiente de una de las familias más importantes de la nobleza catalana y que llegó a ser Virreina de Nápoles tras casarse con “un personaje del que se comentaba que podía ser hijo ilegítimo de Carlos I”.
Lo que admiramos en este despacho es la copia de un retrato pintado “entre Rafael y un discípulo suyo, Guido Romano”. En él apreciamos el sfumatto típico de Leonardo en la cara, combinado con el rojo símbolo de la pasión y del poder, y un paisaje del fondo del primer Renacimiento. Es un retrato “un tanto misterioso porque esta mujer muere joven” y uno de los más conocidos de la época, después de la Gioconda. De hecho la propia Isabel II de Inglaterra contaba con una copia del mismo dentro de su colección.

Del palacio protagonista de la novela nos trasportamos a la Catedral de Barcelona. El templo fue el encargado de acoger un encuentro de los miembros de la Orden del Toisón de Oro, una cumbre histórica al tratarse de la primera que tuvo lugar fuera del territorio de nacimiento de la Orden en la Borgoña de Flandes. Como narra el autor en la novela, estos cónclaves suponen “el primer ejemplo mundial de diplomacia blanda”; un encuentro que vendría a ser “el G7 de la época” donde se daban cita los nobles, duques y señores feudales. Una cumbre de cuatro días con una fuerte ritualización, incluyendo un funeral por el emperador Maximiliano (abuelo de Carlos I, anfitrión de la cita), comidas propias de la orden y discusiones políticas en plaza del Rey, fuera del templo. Todo ello rodeado de soberbios banquetes aunque el ritual de la orden era bastante austero; y para sus ilustres posaderas se construyó la sillería que hoy compone el coro del templo. Como anécdota, Vila-Sanjuán relata que Carlos I acudió a estas jornadas acompañado de Germana de Foix, segunda mujer de Fernando el Católico. Una relación que escandalizada a la Corte por incestuosa, o al menos indecorosa.
El ‘Barrio Gótico’, epicentro de mitos y leyendas
Otro mito que corre por las calles de Barcelona es el que hace referencia al puente que une la Casa de los Canónigos con el Palacio de la Diputación y que narra cómo era el paso secreto de los religiosos hacia una vida más disoluta o licenciosa. Pero nada más lejos de la realidad, esta obra arquitectónica es de principios del siglo XX montada con vistas a la Exposición Universal que acogió Barcelona en 1929. Una vez más nos encontramos con un ejemplo, dice el autor donde “lo que no era lo bastante gótico, ahora lo es más”.
A continuación, los pasos nos llevan hasta el interior del Ayuntamiento de Barcelona, hasta al Saló de Cent, “la pieza más gótica, real del ayuntamiento de Barcelona” vestigio de lo que quedó en el siglo XIX procedente de la Edad Media. Todo lo demás, al igual que el barrio donde se integra, se reconstruyó hasta 1920. Durante la Edad Media, el Saló albergó la celebración de los primeros concursos literarios de la historia de España. Fueron el antecedente de todos los premios de los últimos cien años, incluido el Fernando Lara que se ha llevado el Vila-Sanjuán gracias a la obra que hoy nos presenta.

De este modo, interesado en los “Juegos Florales” de Tolosa, el rey Juan I de Aragón importa a Barcelona esta competición poética inspirada en la diosa romana Flora: unas exhibiciones donde los participantes presentan sus poesías y se les otorgan unos premios. De ellos apenas nos ha llegado información a nuestros días, más allá que –según la documentación recabada por el periodista- el escenario estaba coronado por una mesa dorada, con unos cuantos libros y la joya que iba a suponer el premio otorgado tras la deliberación de un jurado secreto y la aclamación popular. Tras el concurso, se celebraba una fiesta con “confites, vino, trompetas y mucha alegría”; y cuando alguien ganaba cinco veces el premio se le consideraba como “maestro consagrado”.
Y de ahí, nos vamos al punto final de la ruta, la Plaza de San Felipe Neri, lugar importante en la novela porque –según el autor- condensa varios de los temas que salen en estas páginas. Es una plaza de origen gótico pero que fue muy castigada durante la Guerra Civil española cuando la aviación italiana descargó una bomba sobre ella acabando con la vida de más de 40 personas, entre ellos bastantes niños.
En la postguerra se decide dejar las huellas de la metralla sobre la fachada de la iglesia como recuerdo de ese bombardeo, pero -una vez más- la leyenda urbana y el relato de los vencedores sobre los vencidos hace mella tirando por tierra la memoria histórica. Lo que se enseñaba a los pequeños era que esa metralla era “de los fusilamientos que los rojos hacían en el barrio Gótico durante la contienda”, cuando la realidad era la contraria. En este lugar encontramos el mismo criterio de reconstrucción que el resto del barrio: lo que se salva se queda donde está y el resto es una escenario. De hecho hasta el solar que quedó se trasladaron edificios enteros que fueron desmontados de otros lugares de la ciudad y se reconstruyen “como si hubieran estado toda la vida”. Se trató, concretamente, de las casas del gremio de calderos y el de zapateros.

Vila-Sanjuán la define como una plaza con encanto, romántica, pero una “fantasía histórica” con una fuente en medio que “podemos pensar que tiene la edad el Quijote, pero es contemporánea de los Beatles”.
Llegando al final, nuestro guía literario se pregunta si esta reconstrucción valía la pena, es una manipulación del pasado o es una recreación del presente necesaria. Precisamente este es uno de los temas sobre los que se reflexiona en esta novela que juega con varios géneros, “porque hay thriller, hay enigma histórico”. Sin pretender que sea una historia de denuncia social “sí que es verdad que un barrio como este donde, junto al turismo, hay mucha gente en situaciones en situaciones muy problematizadas y hay instituciones que se ocupan de intentar paliar esta situación”, por ello merecen su reconocimiento y es lo que Vila-Sanjuán ha querido plasmar en estas páginas.
Ismael Arranz (Barcelona)

Misterio en el Barrio Gótico Premio de Novela Fernando Lara 2025 Sergio Vila-Sanjuán Planeta, 2025 ISBN: 978-84-08-30591-0 256 págs. Precio: 20,90 € eBook: 12,99 €

Sergio Vila-Sanjuán
Sergio Vila-Sanjuán es autor de la trilogía formada por las novelas Una heredera de Barcelona, Estaba en el aire (Premio Nadal 2013) y El informe Casabona, que combinan la memoria familiar con la crónica de época y se han traducido a varios idiomas. Ha escrito también las obras de teatro El club de la escalera y La agente literaria. Periodista cultural de largo recorrido, dirige el suplemento Cultura/s de La Vanguardia. Ha publicado libros sobre temas literarios, editoriales y artísticos, como Pasando página, Código best seller o Cultura española en democracia. Fue comisario del Año del Libro y la Lectura 2005 y es miembro de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona. Ha recibido el Premio Nacional de Periodismo Cultural 2020, el Premio Atlántida y el Premio Giménez Frontín al diálogo entre culturas, entre otros galardones. En 2025 obtuvo el Premio de Novela Fernando Lara con Misterio en el Barrio Gótico.




