Un equipo de astrónomos ha captado lo que podría ser un planeta formándose a 440 años luz de la Tierra, dentro de un disco de gas y polvo que rodea a la estrella joven HD 135344B. El hallazgo, anunciado por el Observatorio Europeo Austral (ESO), es el primero en el que se observa directamente la señal de un protoplaneta incrustado en una espiral de disco.
Los datos recogidos por el telescopio VLT muestran cómo este planeta en ciernes, que podría tener el doble del tamaño de Júpiter, está tallando un patrón espiral en su entorno. Tal como explicó el investigador Francesco Maio, “nunca seremos testigos de la formación de la Tierra, pero aquí podríamos estar viendo algo muy parecido”.
La importancia del descubrimiento radica en que confirma por primera vez una teoría de décadas: que estos intrincados brazos espirales en los discos planetarios son tallados por planetas bebés durante su formación. Además, la detección se ha hecho directamente desde la luz del planeta, lo que refuerza la fiabilidad del hallazgo.




